22 de julio de 2016

Diario de viaje - 28: Despedidas y estrellas

Hoy tuvimos la presentación final.  Nos fue mucho mejor de lo que pensé, dada la poca preparación que tuvimos.  Fue interesante -y angustiante- no tener el control de hasta el más mínimo detalle, pero creo que me ayudó a comprender que existen otras personas y otras maneras de hacer las cosas y que, al final, pueden tener buenos resultados.  Lo que no significa que vaya a cambiar la mía, claro está.  A nivel académico, un proyecto se avecina.  El tarot pronostica un buen panorama, ¿deberé creerle?

Por otro lado, hoy tuvimos la barbacoa de despedida.  No hay que recordar que de barbacoa sólo tiene el nombre, lo importante es que nos la pasamos tomando fotos grupales y de todos con todos.  El último día llegó a su fin, mañana tendremos que levantarnos temprano y marcharnos, volver al lugar de donde vinimos con sus dulces y amargos.  Y eso significa decir adiós a la encantadora gente que conocimos.  Nada fácil, mucho menos placentero.  En nuestras cabezas bullen los planes de reencuentro y mi parte escéptica me pide que guarde todo esto en mi memoria, sólo por si no se llegan a cumplir.  Lo hagan o no, no olvidaré.

Llegó la noche y con ella el adiós a los chicos de US.  Adiós a Dana, a su encantadora sonrisa y amigable espíritu.  Adiós a Jenny y a esa calma que la envuelve.  Adiós a Maddie y a ese dinamismo que inspira.  Adiós a Ben y a sus graciosas ocurrencias.  Lindas personas, les deseo lindos destinos y, si hemos de vernos de nuevo, que así sea, iré a su encuentro con los brazos abiertos.

Hoy vi las estrellas, esos astros extraños que quería ver desde el principio.  Hermosas y desconocidas, tal como las imaginé en este antiguo mundo.  Aun así, me gustan mis propias estrellas.  Mis ojos buscaban el cinturón de orión sin encontrarlo.  El último día en Exeter, despedidas y nuevos encuentros.

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