Diario de un enredo


~No me propongo aquí más que aclarar mis ideas en relación a un enredo con nombre propio.  Cada número es un día, cada día un pensamiento que me lleva en una dirección que me propongo discernir. ~

 (Demasiado privado para este espacio público, lo sé, pero qué se le va a hacer, es mi forma de exhibicionismo.  Por favor mantenlo así.)



1. No siento que mi corazón duela, como dicen los poetas, pero sí me gusta, me produce alegría. Fue sólo desearlo a la luz de una vela para que se realizara. O, más bien, fue abrir los ojos, ver lo que estaba alrededor y darle una oportunidad, dejarme llevar un poco. En cualquier caso, ¿está bien abrirle paso a la ilusión?


2. Realmente no sé si haya una ilusión. Intento no pensar, intento vivir el momento. Pero me asaltan las dudas. Qué es lo que él quiere. Qué es lo que yo quiero. Y no tengo respuestas. Podría preguntar, pero no sé si es el momento y no sé si quiero saber porque eso implicaría ponerme a pensar. Y no quiero.


3. Me gusta, no puedo negarlo. No estoy enamorada, no lo amo. ¿Qué es el amor, después de todo? Sólo sé que me gusta cada día un poco más. Eso es todo. Y creo que eso es lo que quiero, disfrutar de la compañía de otro alguien. Pero ¿cuál es el límite? ¿Dónde trazo la línea del sí y el no? ¿Quiero que me toque porque es él, porque soy yo o sólo porque sí? ¿Lo quiero en absoluto, o es otra de esas cosas que no me importaría si pasan o no? ¿Realmente me da tan igual como lo digo? 


4. Él intenta entender y eso me gusta. No hallo las palabras correctas, pero aun así me escucha. Dice que se rehúsa a que me vaya y yo quiero quedarme, es cierto, pero no sabiendo que voy a pararlo. ¿Me siento incómoda por él o por mí? ¿Por qué pararlo en absoluto? ¿Por mi apatía e indecisión? Porque no era un buen día, biológicamente hablando. Y tengo cosas que hacer antes. Y sigo sin saber si me importa lo suficiente.


5. Lo que pienso es "no me importaría con él", pero no sé si es el tipo de pensamiento "correcto" para eso. No sé si yo pueda decir "este es". El concepto de "está muy bueno" me sigue siendo ajeno. Lo entiendo, pero no sé si lo siento. O si lo siento y lo niego. O si lo siento y lo pienso tanto que dejo de sentirlo. Por eso no me gusta pensar con él. Procuro sentir. Y lo disfruto. Para mí es más fácil decidir con base en lo que no me gusta o lo que no quiero y con él nunca he sentido ese "no" tajante, que no admite réplica. Lo que me cuestiona a veces, cuando me pongo en la tarea, es: "¿es suficiente?" 


6. Soñé que a una amiga también le gustaba. Habían salido, al parecer, y ella se veía sonriente. Y yo me sorprendía, pero pensaba que nunca hablamos de compromiso o de salir con otros. Lo curioso es que no me enojaba ni entristecía. Era un simple hecho. Sin embargo, desperté pensando en eso. Él va a irse por un mes y me preocupa que encuentre a alguien allá que llene vacíos y ofrezca lo que yo no doy. Y, al tiempo, en el sueño y despierta, pensé: "¿tú y yo que venimos siendo? ¿Qué derecho tengo yo de decir algo?" Y también me dije: "¿son celos? ¿Significa que lo quiero? Qué celos tan calmos, entonces". ¿Me siento insegura? ¿Es esto una muestra del "no quiero perderlo"?


8. Peleamos antes de que me fuera a Japón. Una bobada: falta de comunicación.  Pensé que iba a terminar ahí, esta incipiente historia de algo.  Me citó en un parque cerca a su casa, pero lo suficientemente lejos como para que no fuera un recordatorio incómodo.  O, al menos, así lo sentí yo.  Él, supongo, ni siquiera se dio cuenta del simbolismo, del mensaje entre líneas.  Me disculpé.  Fue mi error.  Reconocí que "no caigo en cuenta", que cosas tan sencillas que otras personas pueden saber para mí no existen, no están en mi campo de conciencia.  ¿Para qué comunicar algo estando sola?  Estar con otro implica hacer cosas que antes no eran necesarias.  No me resulta obvio.  Por dentro, me temblaban los brazos.  Por fuera, no sé si él lo veía.  Pero entendió.  Y la historia incipiente continuó.  Qué difícil esto de estar realmente con un otro.  Qué difícil y qué mágico es el acto de hablar.


12. And I've always had this feeling... our love, it only lasts because it's fleeting.  We wouldn't survive Forevermore. Un pensamiento mío, nada más.  Uno de esos repentinos, salido de la nada de mis dudas internas.  Han pasado, de hecho, 2 años ya.  Y todo va bien, pero la duda no se va.  Duerme la mayor parte del tiempo, en algún rincón oscuro dentro de mí.  A veces despierta, así porque sí.  Esta vez lo compartí... y él me abrazó.


16. Han pasado otros 2 años.  Y seguimos aquí.  Él siguió abrazando los trocitos de mí que me atreví a ir revelando, y yo también fui abrazando los suyos.  La duda sigue ahí, más dormida que despierta.  Me asalta de vez en cuando en momentos de vulnerabilidad.  Ante lo incierto del futuro, ante la posibilidad de cambios y decisiones "serias".  Pero seguimos aquí.  Las posibilidades son más complejas, el riesgo de daño es mayor.  Pero seguimos aquí.  Creo que no se ha tratado tanto de ignorar a la cizañera interna como de decidir en qué me quiero enfocar.  Creo.  Siempre está la metaduda de si no me engaño a mí misma y ya, silenciando algo que no debería ser silenciado, que debería ser gritado y actuado. Pero, en fin, ¿no se trata también de vivir alegre y en paz?  Hemos sobrevivido a una pandemia mundial con todos sus picos y olas, ¿no podríamos acaso sobrevivir lo demás?









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