18 de agosto de 2010

Se acabaron las monedas para la rockola

Creo que ya he tenido bastante de canciones. Es hora de enfocarme de nuevo en "cosas serias", como por ejemplo... Ayer volví a retomar mi vieja historia. Mi mantel de Amaranta, esa pequeña obra que no he podido terminar, o más bien, que no he querido terminar.


Me produjo esa vieja sensación de cuando vuelves a un lugar al que solías ir de pequeñ@ y no habías vuelto a visitarlo en años, esa sensación de estar de nuevo en casa. Quiero terminarla. Aquel final que me impulsó a intentar darle un comienzo es lo único que tengo claro hasta el momento. Lo único que conozco, lo que anhelo...

Quiero terminar el mantel, mi mantel. Aunque sé que cuando escriba el punto final en la hoja de papel no vendrá por mi aquella amiga incondicional a la que, extrañamente, muchos le temen, quiero hacerlo. Tal vez para encontrarle un sentido a todo esto. Para cerrar el capítulo que comencé aquella tarde cuando decidí abrir la caja de Pandora para dejar salir aquellos sentimientos reprimidos. El estilo, el tono, el sentimentalismo, las ironías, las metáforas, la inspiración, la emoción... no serán las mismas. Tantas cosas han pasado que lo que quería expresar ya no será lo mismo. Pero aún así, aún así... por el recuerdo de lo que ése día sentí, por la extraña ternura y calidez que me produce aquella chica de la historia, quiero hacerlo. Voy a hacerlo.

Llevo ya un año en esto. Entre empezarlo, leerlo, abandonarlo y retomarlo. Releerlo, recontinuarlo para nuevamente abandonarlo. Además tengo, según parece, mucho tiempo por delante. Así que ¿por qué no?

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