31 de diciembre de 2016

La la Land

Lloré.  Porque fue una de esas películas que confirman cosas en las que crees y presentan fragmentos de la vida de una forma hermosa, pura.  Creo que va más allá de una película de amor o sueños o música, se trata de la enseñanza alquímica de que para ganar algo, otro algo debe sacrificarse, de que tomar un camino significa abandonar otros, de que para alcanzar un sueño se debe renunciar a cosas, hacer sacrificios.  De cierta forma, ellos sacrificaron su amor, ese que los empujó a cada uno en la dirección que necesitaban.  No pude evitar pensar "habrían sido felices" o "si tan sólo él hubiera estado ahí, las cosas habrían sido diferentes".  Pero no se trata de eso, no se trata de eso.  Es más un "estuvieron en el momento en que debían", aprendieron lo que era necesario y siguieron su camino.  Y, obviamente, hay melancolía y un pequeño dolor por aquello que pudo ser, pero no fue.  Porque, de cierta forma, nunca hubo un cierre como tal, se lo dejaron a las circunstancias de la vida, dejaron que ésta decidiera en lugar de hacerlo ellos mismos.  Así que sí, hay melancolía, hay pérdida y nostalgia por lo imposible.  Porque se amaban y nunca dejaron de hacerlo y, probablemente, nunca lo harán, tal y como ella dijo, pero ahora todo queda confinado a un rincón en la memoria, a un hermoso recuerdo.  Pero más allá de la melancolía y un amor que perdura en la memoria está la vida, esa que cada uno eligió, están los sueños por los que cada uno lucho, decidió y, al fin, alcanzó.  Están los mundos que construyeron aparte.  Y por eso hay también alegría.  Por eso se miran a los ojos al final y se sonríen, sabiendo que valió la pena y que cada uno lleva al otro a su manera, hacia adelante, aunque separadamente.  Por eso ella ahora ama el jazz y el club de él se llama Seb's.  Porque así es la vida, porque debían seguir y lo hicieron.  Y son felices con eso.


20 de septiembre de 2016

Cuarto concurso de cuento corto UN en la web : EL CEMENTERIO DE SUEÑOS

Hola,

Dado que no he escrito desde que volví de mi viaje (sí lo he hecho, pero por cuestiones editoriales no lo puedo publicar aún), les comparto un relato corto que escribí en marzo de este año:



Cuarto concurso de cuento corto UN en la web : EL CEMENTERIO DE SUEÑOS: "Hay un monstruo debajo de mi cama, lo escucho rugir todas las noches. Cuando los ruidos del mundo se apaga y el silencio de las calles ensordece, el monstruo se retuerce y despierta, araña las tablas de mi cama y susurra palabras de espanto (...)"



Espero volver pronto con más relatos.

10 de agosto de 2016

Un dolor bien recibido y nada más

"Mi mamá lo perdonó, pero no le dio una segunda oportunidad, esa es la diferencia.  Lástima que no la viera."  Qué puede ser más doloroso?
En un mundo paralelo, en uno de esos sueños que revelan más de nosotros mismos de lo que deberían, él se acercaría, como lo hacen todos los otros, y diría "cómo lo siento".  Y estaría bien.  Ella diría "gracias", y eso sería todo.  No un abrazo, no un beso, un apretón de manos quizá.   Y estaría bien.

Pero como no es un mundo paralelo ni un sueño, en realidad no sucede.  En cambio pasa que esa otra ella dice lo que dice y se va.  Y yo pienso que podría decirle "tía, cada cosa que dices nos hiere, no ves que somos eso que no se pudo separar?".  Pero no es un sueño, no es otro mundo, por lo que mi boca decide callar.  Si lo fuera, oh si lo fuera, el dolor de cualquiera sería un dolor bien recibido, un dolor humano y nada más.

25 de julio de 2016

Diario de viaje - 31: Último día

Hoy "corrí" de un lado para otro, intentando absorber lo más que pude la atmósfera londinense.  No me quería ir, esa era la realidad, pero hay deberes y responsabilidades que me obligaban a regresar.  Puede que sea por el poco tiempo que duré, pero no me sentía nostálgica.  No llegué a sentir añoranza por mi hogar, aunque sí pensé en algunos momentos "a mi hermana le gustaría esto" y "quiero abrazar a mi gato".

Caminé nuevamente por el Puente de Londres y el Puente de la Torre.  Llegué hasta la Torre de Londres y, como faltaba media hora para cerrar, el vendedor me aconsejó entrar en otra ocasión.  Otra ocasión.  Él no sabía que era mi último día en Inglaterra.  Pero seguro habrá otra ocasión, en realidad lo deseo.  Ya estoy pensando en algunos planes para mi regreso que, aunque no tiene fecha, espero que se dé:
1. Visitar el Palacio de Buckingham por dentro.
2. Entrar a la Torre de Londres.
3. Hacer el tour nocturno The Ghost Bus.
4. Ver la exhibición permanente de Libros Raros en la Biblioteca Británica.
5. Probar el Sticky Toffee Puddin.
6. Ir al Castillo de Windsor
7. Ir al Hampton Court Palace.
8. Ver una función en la Royal Opera House.
9. Volver al Globe y ver otra obra, pero esta vez sentada.

Como no pude entrar a la Torre, caminé por los alrededores y encontré un lindo parque Trinity Square.  Compré cidra, me bebí una y guardé 3 latas esperando a que no me pusieran problema en el aeropuerto.  Como estaba entretenida no me dí cuenta de lo tarde que era 6:30 pm.  De nuevo el sol del verano me juega malas pasadas.  Tuve que correr al subterráneo de vuelta a mi hostal, agarrar mi equipaje y volver a correr al subterráneo para ir al aeropuerto.  Lo bueno es que llegué a tiempo para mi vuelo.  Lo triste es que me estaba yendo.

¡Adiós, Inglaterra!  Ha sido un placer.
Hasta pronto.



23 de julio de 2016

Diario de viaje - 29: Más (no)despedidas y viajes solitarios

1 - Cero sentimentalismo.

Hoy fue un día interesante. Si por interesante se entiende que estoy muerta de cansancio y siento, al mismo tiempo, que no hice nada. Me levanté a las 5:15 de la mañana. Horrible. ¿Ya he dicho que odio madrugar? Pues odio madrugar y peor si es en vacaciones. Teníamos que estar en los autobuses a las 6:45 am, sin retrasos. Meta cumplida. 

Lo primero que hay que decir es que se adelantó mi despedida con mis amigas. Tenía planeado pasar el día con ellas en el aeropuerto y decirles adiós allí, verlas dirigirse al avión y continuar mi camino. Habría sido maravilloso, pero también complicado y costoso. Resulta que habían 3 autobuses: el primero iba a Victoria Station y los dos últimos, a Heathrow. Caro y Laura se fueron en el segundo, yo fui en el primero. He de admitir que me pareció una despedida fría. Curiosamente, fue mucho más emotivo anoche, cuando acompañamos a Ben, Maddie, Jenny y Dana. Esperaba un fuerte abrazo y sentí un pequeño nudo en mi garganta y lágrimas aproximándose, cosa bastante rara en mí. Tengo la tendencia a vivir las despedidas como lo que son: una parte natural del proceso llamado vida. Aun así quería llorar. Pero no sentí la acogida, el espacio seguro. 

Tal vez estaban conteniéndose, evitando alargar la cosa y exponerse. Ambas admitieron antes que no les gustan las despedidas. Y lo entiendo, no son placenteras. Pero yo quería vivirlo. Ellas mencionaban nuestros planes para el próximo año, pero no era eso lo que necesitaba, yo quería una clausura. Tal vez yo siento que no las volveré a ver y ellas de verdad creen que nos reuniremos de nuevo, y eso marcó la diferencia. Sea como sea, las llevo en mi corazón. No diré que las amo, como Dana, porque para mí esas palabras son demasiado fuertes y un mes, por más maravilloso que sea, no me da la certeza de decirlo. Pero, definitivamente, las llevo conmigo. Y tal vez eso sea más que suficiente. 

2 - Viajando sola: La Odisea 

En el autobús intenté dormir. Misión semi-cumplida. Al llegar a Victoria Station decidí que antes que nada debía recoger los tiquetes del tren de mañana y fue ahí donde empezó mi “odisea”. No recorrí mucha distancia, pero sí subí y bajé escaleras innumerables veces con una maleta en la espalda, un bolso de mano y una súper maleta de 18 Kg.  Horror. Mi viaje fue el siguiente: 1) de Coach station a 
la Underground Sation. Bien, una de las estaciones con más viajeros en Londres y resulta que no tiene escaleras eléctricas para ir al subterráneo. Ah, pero hay un plan de renovación con proyección a 2018. ¡Hurra! Bien por los londinenses del futuro, mal por mí que lo necesitaba ya. 

2) Cuando llego a la máquina de tiquetes después de hacer fila durante un tiempo el operario me dice que tengo que ir a las máquinas de arriba. Yo y mis 3 maletas. Ok, si no hay de otra...

3) Cuando llego a las máquinas de arriba y hago toda la fila (¡2 veces! Una máquina tenía problemas de impresión) acepto que no voy a poder reclamar mis tiquetes en esas máquinas, ya que no tengo la tarjeta. El pánico me carcome. Ya pagué por los tiquetes de forma online y no tengo con qué comprarlos de nuevo, y si no tengo tiquetes, automáticamente pierdo también el dinero de la entrada. Mis amigas se fueron, estoy sola en esta ciudad.  Nadie en quien apoyarme durante los días que me quedan aquí.

4) Afortunadamente, mis maletas y yo perseguimos a la mujer que arregló la máquina, descubriendo 
que sí íbamos a poder viajar. Otra fila. Más larga. Hace calor y he estado corriendo por toda la estación con mis maletas. Estoy sudando y tengo hambre (no desayuné bien y ya es hora de almuerzo), pero al alcanzar la taquilla el buen hombre me entrega mis tiquetes. Qué alivio. 

5) Yo y una de mis maravillosas ideas: tomar el subterráneo es caro (realidad), mejor intento con un 
bus. Y eso significa volver a salir de la estación, caminar bajo el sol y arrastrar mis maletotas por 
todo el lugar. Si es más barato, vale la pena, ¿no? Pues no. Porque no existe ningún bus que me 
lleve así que, al final...

6) debo volver a la estación, volver a bajar y subir escaleras con mi pesado y estorboso equipaje, y 
volver a hacer fila para comprar el tiquete.  Al final lo logré.  Llegué a mi hostal medio muerta, pero llegué.

El resto del día fui al Imperial Museum of War, pero estaba cerrado por el horario. No importa, camino en el hermoso parque que lo rodea y admiro el Jardín Tibetano de la paz, justo en frente del 
Museo de la Guerra. También fui al mercado de Elephant & Castle, pero no había mucho que mirar.  Estoy muerta.  Me estoy quedando dormida mientras escribo esto: hasta mañana.

22 de julio de 2016

Diario de viaje - 28: Despedidas y estrellas

Hoy tuvimos la presentación final.  Nos fue mucho mejor de lo que pensé, dada la poca preparación que tuvimos.  Fue interesante -y angustiante- no tener el control de hasta el más mínimo detalle, pero creo que me ayudó a comprender que existen otras personas y otras maneras de hacer las cosas y que, al final, pueden tener buenos resultados.  Lo que no significa que vaya a cambiar la mía, claro está.  A nivel académico, un proyecto se avecina.  El tarot pronostica un buen panorama, ¿deberé creerle?

Por otro lado, hoy tuvimos la barbacoa de despedida.  No hay que recordar que de barbacoa sólo tiene el nombre, lo importante es que nos la pasamos tomando fotos grupales y de todos con todos.  El último día llegó a su fin, mañana tendremos que levantarnos temprano y marcharnos, volver al lugar de donde vinimos con sus dulces y amargos.  Y eso significa decir adiós a la encantadora gente que conocimos.  Nada fácil, mucho menos placentero.  En nuestras cabezas bullen los planes de reencuentro y mi parte escéptica me pide que guarde todo esto en mi memoria, sólo por si no se llegan a cumplir.  Lo hagan o no, no olvidaré.

Llegó la noche y con ella el adiós a los chicos de US.  Adiós a Dana, a su encantadora sonrisa y amigable espíritu.  Adiós a Jenny y a esa calma que la envuelve.  Adiós a Maddie y a ese dinamismo que inspira.  Adiós a Ben y a sus graciosas ocurrencias.  Lindas personas, les deseo lindos destinos y, si hemos de vernos de nuevo, que así sea, iré a su encuentro con los brazos abiertos.

Hoy vi las estrellas, esos astros extraños que quería ver desde el principio.  Hermosas y desconocidas, tal como las imaginé en este antiguo mundo.  Aun así, me gustan mis propias estrellas.  Mis ojos buscaban el cinturón de orión sin encontrarlo.  El último día en Exeter, despedidas y nuevos encuentros.

21 de julio de 2016

Diario de viaje - 27: De preparaciones y otros demonios (2)

Fui de compras.  Un candado para la maleta, baterías para la cámara, té para regalar, crema y perfumito para mí.  No quiero irme, pero es necesario empezar a empacar.
Ah, sí, la otra cosa que preparé durante el día fue la presentación de mañana.  También vi dos capítulos de Marco Polo en Netflix.  Digamos que tuve un poco de entretenimiento.

20 de julio de 2016

Diario de viaje - 26: Último día de clase & película

Bueno, como se observa en el título, hoy fue el último día "formal" de clase, ya que el viernes nos veremos de nuevo con Jo, pero será para la presentación final.  Además de cosas aburridas como la clase (miento, la de hoy estuvo bien), en la noche nos reunimos todos en mi cuarto para ver "Relatos Salvajes".  La película estuvo buena.  Creo que para los chicos de US fue una experiencia interesante, pues los roles cambiaron, al ser una película en español esta vez fueron ellos quienes necesitaron subtítulos.  Además, Relatos Salvajes no es una película romántica o con una trama tradicionalmente sencilla, sino una serie de micro-historias con algo en común: un sólo momento, acto o gesto lo cambia todo; la paz se transforma en lucha y el hombre normal en criminal.

No hace falta decir que me gustó.  No la vimos completa (algunos estaban cansados), pero definitivamente vale la pena.  Esperemos que mañana pueda hacer algo entretenido.

19 de julio de 2016

Diario de viaje - 25: Karaoke!

Hoy fue una noche divertida.  A pesar de que usualmente pongo música en el computador y empiezo a cantar, nunca había estado en un karaoke real.  Quería cantar desde el principio, pero elegir una canción fue difícil.  Además, tenía muchos nervios: hace más de 4 años que no me paro en frente de un micrófono.  Mi voz ha cambiado, mi actitud en el escenario también.  Pero al final salió bien.  Temí arruinar la atmósfera con mi gusto depresivo en música, por lo que al principio me abstuve de participar.  Luego vi en el listado de canciones disponibles "Jar of Hearts" y decidí intentarlo.  Mi crítico yo señalaba mentalmente "¡desafinada!", pero a la amable/ebria audiencia no le importó.  Hubo incluso comentarios como "¡cantaste muy bien!".  En definitiva, una divertida e interesante noche.  Habrá que repetirla.  Prometo no prestar tanta atención a la audiencia y cantar, desde el fondo de mi alma, lo que se me de la gana.

18 de julio de 2016

Diario de viaje - 24: de preparaciones y otros demonios

Se acerca el final.  El día 24 ha pasado.  24 días de 31.  77% del viaje.  Hace un par de horas reservé mi habitación para los últimos dos días en un hostal londinense (¡Londres de nuevo!), un gran indicio de que los maravillosos días que aquí he pasado están por concluir.  Si pudiera, quisiera llevarme un poco del aire de este lugar.  Ese aire que me ayuda a sentirme joven, libre y aventurera.  Necesito conservar esta sensación dentro de mí, sobre todo porque apenas regrese a mi país volveré a ser presa de la rutina, de la prisa y del estrés.  Quisiera decir que también de la alegría, pero teniendo en cuenta que este será mi último semestre de pregrado, todo parece volverse más serio, si es que es posible añadir más seriedad en mí.

En fin, que este es el día veinticuatro de este precioso viaje que no quiero que termine.  Haré lo posible por conservar un poco del espíritu que este lugar me despierta.  Lo prometo.

17 de julio de 2016

Diario de viaje - 23: La neblina envuelve Tintagel, tal como lo hizo en Avalon.

Hay muchas palabras que podrían describir el Castillo de Tintagel, como "antiguo", "hermoso" o "impactante", pero sólo hay una que puede expresar la sensación que despierta en ti tan pronto lo divisas: mágico.
No se trata sólo de la vista, un precioso acantilado que te hace sentir que te encuentras en el rincón del fin del mundo.  No se trata sólo de las ruinas, antiguas y misteriosas, que evocan escenas difusas de caballeros y banquetes.  Es la niebla, esa niebla eterna que envuelve todo: la roca y la hierba, las ruinas y el sendero, que te envuelve a ti y confunde ante tus ojos el mar, el suelo y el cielo.  Es todo el lugar.  No hay foto alguna que le haga justicia, Tintagel es magia y sólo puedes sentirla cuando estás ahí.


16 de julio de 2016

Diario de viaje - 22: Bristol

Bristol no es tan limpia y ordenada como las otras ciudades que he visitado.  Es moderna, vibrante, joven.  En la mañana tuvimos un tour sobre Arte Callejero en el que pudimos caminar por la ciudad y aprender algo diferente.  No era un recorrido histórico como supuse que sería.  No fuimos a los grandes puntos turísticos, pero precisamente por eso logramos ver un lado de la ciudad que tal vez no muchos turistas ven.  Los callejones llenos de graffitis y arte hecha con stencil, las calles no tan transitadas, el clamor de la gente pintado en una pared: "el agua es un derecho", "no dejes que te domen".  Fue interesante.  Nunca lo hubiera hecho por mi cuenta ni en mi ciudad, ir en un tour sobre arte callejero.  Así que el aprendizaje es doble.


Después del tour y del almuerzo (caminar por casi 3 horas te abre mucho el apetito), caminamos por zonas más turísticas.  Llegamos en el día preciso, había un festival y las calles estaban rebosantes.  Personas, puestos de comida y muchos, muchos barcos.  Qué ganas nos dieron de rentar uno, así fuera un bote de remos.  Música y color.  Un lindo día.

15 de julio de 2016

Diario de viaje - 21: ¡St. Ives! De gaviotas y otros demonios.

Jenny fue atacada por una gaviota.  Perdió parte de su helado.

St. Ives es un lindo lugar, excepto por las gaviotas.  Te miran desde las alturas, acechándote, esperando el momento en que saques tu comida para ¡pum! robártela en menos de un segundo.  Ni qué decir que después del ataque de Jenny no me sentí tranquila al aire libre.  

Rentamos un bote y fuimos hasta Seal Island y, aunque solo pudimos ver 3 focas (2 de ellas solo asomaban su cabeza del agua y la otra dormía sobre una roca), el paisaje fue maravilloso.  Me hizo pensar en rocas y cuevas prehistóricas, y en el escrito que no he publicado, ese sobre la conjución del mar y el cielo.  Realmente hermoso.  A lo lejos se podía divisar una torre ruinosa, en la cima de ese inmenso verdor.  Imaginaba a una mujer de vestido antiguo y larga cabellera, parada en el extremo del acantilado, pensando en el pasado y contemplando el fondo, el mar y las rocas que la aguardaban.  Quería quedarme allí a escribir eso que mis ojos no veían, pero que mi mente inquieta podía percibir.  No tenía lápiz ni papel, estaba con mis amigos, no era el momento.  Pero es una sensación que persiste incluso mientras escribo estas líneas, una que verá fruto en un futuro próximo.

Al regresar, caminamos por el pueblo.  Teníamos hambre, pero muchos lugares estaban llenos, así que fuimos a una panadería por una orden take away.  Comía mi sandwich en un callejón y me sentía paranóica, vigilando a las gaviotas.  A ellos también les preocupaba que una apareciera de repente y les robara sus pasty de cordero.  Deliciosos, por cierto.  Superado el reto de la comida, compré Rocky fudge en una tienda local.  Demasiado dulce para Caro, perfecto para mí.

Caminamos otro poco y ya fue hora de regresar.  Un día que se hizo muy corto.  Mañana iremos a Bristol y, si todo sale bien, el domingo iré a Tintagel.  Mis amigos no me acompañarán, pero espero que sea tan mágico como parece.

14 de julio de 2016

Diario de viaje - 20: Normalidad

Clases.  Discutiendo sobre diversidad en un entorno realmente diverso.  Bien hecho, sistema educativo británico.

13 de julio de 2016

Diario de viaje - 19: Pequeños detalles

Mi clase de la mañana fue entretenida.  Trabajamos sobre dinámicas de grupo con un enfoque práctico (lecciones cortas y ejercicios experienciales) que hizo, junto con la novedad del tema, que la clase fuera mucho mejor que las que he tenido hasta ahora.

Pero quiero hablar sobre las compañeras con las que estuve en la tarde.  Cai, Yu, Lin Lu y Min son cuatro chicas provenientes de China.  En clase no habíamos tenido la oportunidad de compartir mucho, pero hoy me invitaron a ir de compras con ellas, lo que fue fabuloso.  Almorzando en mi habitación pensé por un momento no ir, ya que tenía muchas cosas que leer, pero el hecho de que me invitaran, cuando usualmente no hablan ni comparten con nadie que no sea chino, me hizo sentir honrada y pensar que sería una descortesía rechazarlas.  Así que fui.

Comunicarnos con palabras es un poco difícil, pues les cuesta trabajo hablar en inglés y yo lo único que sé de chino es "nihayo" y "xie xie" ("buenos días" y "gracias").  Bueno, lo único que sabía.  Ahora sé también que "abuela" se dice "nene" (sí, como "bebé" en español.  ¡Oh, dulces ironías de los lenguajes!) y que "guaan" traduce, en buena tónica, algo como "déjame en paz / no me molestes".  Me enseñaron algunas otras palabras, pero no estoy segura de poderlas recordar a largo plazo.  En fin, debido a la barrera lingüística tuvimos que apoyarnos bastante en el lenguaje no verbal, señalar y tocar objetos.  Lo que siempre resulta divertido.

Sin embargo, lo que me hizo escribir este post fue algo diferente, un pequeño gran gesto de gratitud que me conmovió: de vuelta en el campus y después de la cena, me regalaron un pequeño paquete de chocolates de la tienda en la que estuvimos como forma de agradecimiento por lo que yo considero como "insignificante" ayuda en las clases.  Y es que me parece tan natural, ayudar a alguien a comprender lo que se dice, dedicarle un poco de tiempo, asegurar que participe en el grupo..., que no creía merecer más que un "gracias".  Pero para ellas no fue así.  Otra muestra más que refuerza mi convicción de que en la compleja trama de la interacción social nunca podemos saber cuánto  ni de qué manera afectamos a los otros.  Razón de más para ser amable, para ser humano.

Así como mi pequeña ayuda las motivó a darme un presente, su amable gesto me conmovió.  Qué hermoso es afectarnos mutuamente de forma positiva.  Qué hermosas son las buenas amistades y los buenos momentos.


12 de julio de 2016

Diario de viaje - 18: clase, quiz y risas

Mi entrada anterior sobre Pub quiz no fue suficiente.  Esta vez el grupo era más grande y las preguntas incluían desde identificar banderas y lugares del mundo hasta escribir cuál animal despierta junto a Taylor Swift en el vídeo de Trouble.  Muy divertido.

Después del quiz jugué un poco de Ping Pong y vimos el primer capítulo de Marco Polo en Netflix.  Muy interesante, a decir verdad.

11 de julio de 2016

Diario de viaje - 17: Viejas calles nuevas

Es increíble que ya lleve 17 días en Inglaterra.  Todo ha sido maravilloso.  Tal vez la única decepción que me he llevado durante este tiempo haya sido no poder tomar malteada ayer porque el café cerró mientras estábamos en la cima de la colina, junto al Belvedere.  Oh, qué gran decepción.  Repito, todo ha sido maravilloso.

Parece que no voy a poder ir a Tintagel, antiguo hogar de Morgana y lugar de concepción de Arturo.  Aparentemente, un tren y tres buses es demasiado ajetreo para mis queridos compañeros.  No lo discuto, pero sigo pensando que vale la pena.  Quién sabe, tal vez logre convencerlos.  Si no, iremos a Bristol, que no es un plan para nada desdeñable.

Hoy tuve clases común y corriente.  Curiosamente, me es más fácil llevarme bien con mis compañeras chinas, que no conocen tan bien los temas y se expresan con dificultad en inglés, que con mi compañera española. Tal vez es porque nos parecemos: ambas tenemos carácter fuerte, ambas creemos tener la razón y odiamos ceder.  Pero cuando discutimos y concordamos puede ser bastante interesante.  Es bueno  tener a alguien que conozca los temas tanto como tú, hace la clase -hasta ahora básica- amena.

¡Mañana tenemos nuevamente Pub quiz!  Esperemos que sea tan divertido como el primero.

Pdta.: la publicación se llama así porque hoy, por fin, conocí por dentro la Catedral de Exeter, que sólo había podido apreciar, en numerosas ocasiones, de forma apresurada.  Asistí al Servicio, que consistió mucho más en canciones interpretadas por el coro que en homilías, lo que fue grandioso, teniendo en cuenta la resonancia de aquel lugar y la compañía del órgano.

10 de julio de 2016

Diario de viaje - 16: Un castillo "no tan antiguo"

Hoy fuimos a uno de los sitios más bonitos que he visitado: el Castillo Powderham.  Graciosamente, una amable señora en el bus comentó, al saber que ese era nuestro destino, "oh, pero no es tan antiguo", como si no valiera tanto la pena.

El Castillo Powderham tiene poco más de 600 años y, desde su construcción a finales del siglo XIV, ha permanecido como propiedad de la familia Courtenay, orgullosos condes de Devon.  Ha sobrevivido 3 guerras (la Guerra de las Rosas, la guerra Civil y la 2da Guerra Mundial) y, debido a éstas, pasado por numerosas reconstrucciones, además de ampliaciones.  Nuestro amable, divertido y bien informado guía, George, se esmeró por señalarnos qué partes y alas del castillo eran medievales, victorianas o del siglo XIX.  Solo por esto puede considerarse un día maravilloso.


Resulta que el castillo no es la única atracción.  Se puede visitar el bosque de los venados, la forja, la esquina de las mascotas (que incluye desde tortugas Galápagos hasta chinchillas), el jardín arbolado (que cuenta con una pequeña y maravillosa edificación usada para picnics y teatro al aire libre) y el Belvedere.  Difícil decidirse por un favorito.

Terminemos diciendo que hoy fue un día hermoso.

9 de julio de 2016

Diario de viaje - 15: ¡Bath!

Bath es una hermosa pequeña ciudad.  Obviamente, su lugar más representativo es el balneario romano.  Ha estado ahí desde el siglo II d.C y sigue siendo increíble.   Aunque no tiene el tamaño ni la forma que tenía en el pasado, sigue siendo atrayente.  Puedes caminar entre las ruinas laterales y ver claramente lo impresionante que debió ser.  ¡Y estaba dedicado a Minerva (Atenea)! Totalmente recomendado.



También visitamos la Abadía, el puente Pultney, Royal Crescent y el Centro de Jane Austen, donde tuvimos una tradicional y deliciosa sesión de té (Ladie's Afternoon tea).



De regreso a Exeter, en la cena, surgió una conversación graciosa sobre frutas.  Según Dana, una graciosa chica de Arizona, soy una fruta dragón: exótica y divertida.  Una de las cosas más raras y lindas que me han dicho.  La fruta es extraña, pero incluye dragones, así que me la quedo.


Ps.  Hacer memes graciosos sobre nosotros mismos a las 11 de la noche es un buen plan.

8 de julio de 2016

Diario de viaje - 14: Estudiando ando

Las clases fueron interesantes.  En la mañana tuvimos lo que llaman Flipped Classroom, que básicamente consiste en material virtual, estudio autónomo y poca o nula intervención del profesor.  En la tarde discutimos algunos casos clínicos y, aunque la mayoría de ejercicios fueron fáciles, hubo algunos en los que hubo gran debate.  Es bueno repasar y afianzar contenidos.

Mañana temprano vamos a ir a Bath, una pequeña ciudad que promete toneladas de historia y entretenimiento.  Esperemos que -como si no fuera a serlo- valga la pena.

7 de julio de 2016

Diario de viaje - 13: Noche de chicas

La clase fue larga.  Y eso que estoy acostumbrada a cátedra de 3 horas.  Tal vez signifique que el contenido, aunque importante, no fue presentado de forma interesante.  O simplemente, que necesito dormir más en las noches.  Creo que es la segunda.

Tengo que leer algunos artículos, pero también quiero pasar tiempo con mis amigas y dormir.  Debería recordar lo difícil que es tener todo en la vida: buenas calificaciones, vida social y horas de sueño.  Tendré que elegir restarle a una...

Decidí quitarle horas a la última.  Fuimos al cuarto de Dana y vimos "Love, Rosie" mientras comíamos papas fritas, cidra y chocolate.  Gran combinación, si me lo preguntas.  La película fue divertida y conmovedora al mismo tiempo.  Después de que terminó, nos quedamos hablando y riendo un rato.  Una noche alegre y dulce.

6 de julio de 2016

Diario de viaje - 12: Introducción

El día fue largo.  En la clase no hicimos mucho más allá de presentarnos, intentar recordar nuestros nombres, entender qué espera la Profesora que hagamos, cómo nos va a evaluar y qué se espera que sepamos al finalizar del curso.

Después de clases (que terminan a la razonable hora de las 3 pm), tuvimos una BBQ de bienvenida.  La comida fue rica.  No se parece en nada a los tradicionales asados que hacemos en Bogotá con familia o amigos para celebrar algo, pero estuvo bien.  Fue más como una cena bouffet al aire libre que una BBQ.  Interesante.

Poco a poco, se empieza a notar la separación en el grupo.  Natural, pues vemos diferentes cursos.  Esperemos que podamos seguir siendo unidos.  Y que manejemos de forma adecuada tanto la unión como la integración con los compañeros de nuestros respectivos cursos.

5 de julio de 2016

Diario de viaje - 11: Regreso

Partimos a las 8:20 am.  Fue triste dejar una ciudad tan increíble como Londres, pero también hermoso retornar a la calidez y verdor de Exeter.  Mi cuarto ahora es más pequeño, pero también más acogedor.  En lugar de ir al tour por el campus y la ciudad -que ya habíamos tenido-, permanecimos juntos, lo que dice bastante de cuán unidos estamos después de la maravillosa primera semana.  Mañana será el primer día de clases de mi curso formal, espero que todo salga bien.

4 de julio de 2016

Diario de viaje - 10: Último y solitario día en Londres

Cuando digo solitario quiero decir "sin compañía".  No me refiero a la tristeza o a la melancolía, sino al simple hecho de haber recorrido las calles londinenses con mi cámara y mi bolso, sin mis compañeros.  No se suponía que sería así.  Fuimos juntos al Museo Británico, donde encontré objetos maravillosos.  Supongo que con el ánimo de hacer la visita más divertida para algunos (no imagino porqué no lo sería por sí sola), los directores del programa nos asignaron una especie de "cacería de pistas" que debíamos completar con información de las distintas exhibiciones, por lo que mis compañeros parecían hacer parte más de una carrera de la F1 que de un museo.  Así que decidí separarme de ellos para poder observar, lenta y cuidadosamente, las distintas maravillas.  Lastimosamente no nos volvimos a encontrar durante el resto del día.

Asumo que estaba embelesada en la sección de Egipto, pues cuando dijimos "nos vemos en una hora", no reparé en que no acordamos dónde.  Una hora después, intenté comunicarme, pero mi celular cayó al suelo, se abrió y se apagó.  Pude volver a encenderlo, pero el mensaje de "batería baja" apareció, como una sentencia o un aviso divino: hoy andarás sola.

No tuve problema con eso.  Quiero decir, entre observar miles de cosas de forma rápida y superficial a caminar lentamente, disfrutando el olor y la apariencia de las antigüedades, prefiero lo segundo.  Además, existe una pequeña magia en caminar sola por calles desconocidas, es como si el mundo fuera más enigmático, en una hermosa manera.

Después del museo regresé al hotel.  Sus cosas estaban, pero mis compañeras no.  Nos debimos cruzar por el camino.  Decidida a no desperdiciar mi último día en Londres sentada en el hotel intentando -infructuosamente- comunicarme, elegí explorar por mi cuenta los lugares que habíamos planeado visitar, sin perder la esperanza de encontrarnos de nuevo.  Fui a la Catedral de San Pablo, a King's Cross y a la Biblioteca Británica.  Parte de mí pensaba "esto sería más divertido con ellos" y otra parte quería hacer alarde de ser completamente autosuficiente.  Un día interesante.  Mi reflexión fue:

Cuando entras a la Catedral de San Paul no puedes hacer más que creer que Dios existe. Luego piensas en la opulencia, la hipocresía y el poder en nombre de lo sacro.  No importa. En ese segundo en que ningún otro pensamiento habita en tu mente, cuando solo escuchas el coro resonando en esas antiguas paredes y observas los increíbles grabados, Dios existe.




3 de julio de 2016

Diario de viaje - 9: ¡Shakespeare at The Globe!

Hoy visitamos bastantes lugares.  El tradicional palacio de Buckingham, el Parque Victoria, la Abadía de Westminster (sólo el exterior) y otros.  Pero, definitivamente, el mejor momento del día fue  poder ver Macbeth en el Teatro The Globe.  Parada, al aire libre, durante dos horas y media pude sentir cómo los antiguos espectadores vieron la primera puesta en escena de Romeo y Julieta, de Henry VIII, de Sueño de una Noche de Verano y el resto de obras de Shakespeare que allí vieron la luz.  Aunque no es el mismo teatro sino una reconstrucción de éste, pues el original se incendió en 1613, el sentimiento es el mismo: cansancio en los pies, pero profunda emoción en el alma.  Sólo por este momento, todo ha valido la pena.


2 de julio de 2016

Diario de viaje - 8: London, National Gallery

Fuimos a The National Gallery!  Impresionante.  Rembrandt, Monet, Van Gogh, Goya, Rubenz, Velásquez, un montón de franceses e italianos que no conocía.  El sitio es impresionante.  El arte no está solo en las pinturas, la construcción de cada sala corresponde con los períodos históricos y es realmente hermosa.

También queríamos ir a Borough market, pero pasamos tanto tiempo en la galería que no alcanzamos a llegar, por lo que solo caminamos y admiramos la belleza de las calles.  Probamos otra pizza.  Deliciosa.

1 de julio de 2016

Diario de viaje - 7: Presentación y ¡Londres!

Las presentaciones fueron mucho más informales de lo que había pensado.  Lo que significa que me fue bien.  A Angela, nuestra increíble profesora española, le gustó especialmente la segunda parte de mi presentación, enfocada en actitudes ecológicas :)

La estación de tren de Exeter es pequeña, pero suficiente para la cantidad de personas que se mueven en ella.  Llegamos un poco temprano, por lo que tuvimos que esperar más de una hora nuestro tren.  Lo que estuvo bien, pues nos permitió descansar después de los nervios del día (o los míos, al menos).  La vista por la ventanilla fue hermosa.  Los mismos inmensos campos verdes que vi el primer día, más casas y personas.  Claro que, como cabe esperar, fue cambiando y cambiando, hasta que hubo más edificios grises y aceras que verdor, sin que eso signifique que dejara de existir.  Me maravilla la combinación entre campo y ciudad que con tanta facilidad se observa por acá.  El viaje fue largo pero realmente comfortable, por lo que casi no se sintió.  Definitivamente, el tren es una de las mejores formas de viajar (incluso en clase económica :P).



Londres.  El metro, alias The Tube, puede ser confuso, pero solo porque eres nuevo.  Todo está muy bien organizado y tiene señalizaciones por doquier sobre las rutas y el lado correcto por el que debes caminar.  Lo primero que veo al salir de la estación es un restaurante japonés (Wasabi), lo que es un excelente indicador de la multiculturalidad de Londres.  Impresionante. no puedes caminar 2 mts sin encontrar un extranjero (usualmente un gran grupo de ellos).



De comida tuvimos pizza, vino y unos cuantos malos chistes en inglés del más gracioso marroquí dueño de un restaurante que he conocido jamás.  Maravillosa primera noche.

30 de junio de 2016

Diario de viaje - 6: Estudiando

Sí, no son vacaciones.  En estos días me he divertido muchísimo, he salido y conocido tantos lugares y gente maravillosa como no suelo hacer en mi propio país, por lo que pareciera que únicamente vine de vacaciones.  Pero mañana tenemos nuestras presentaciones finales del curso de la primera semana, así que fue necesario sentar cabeza, investigar un poco y preparar lo que voy a decir.  No hace falta mencionar que debido al lenguaje debo estudiar el doble, pero lo bueno es que no me siento nerviosa.  En mis constantes soliloquios -que no han dejado de presentarse y no tendrían porqué- hasta bromeo e imagino las respuestas de los demás.  Esperemos que todo salga bien.

29 de junio de 2016

Diario de viaje - 5: ¡Pub quiz!

Hoy tuvimos un día de clases bastante normal.  En la mañana estuvimos en el laboratorio de Amory, procesando las muestras que obtuvimos en Dartmoor, y en la tarde en el de Hatherly, realizando modelos climáticos mediante softwares que no conocía y que nos jugaron, a Jenny y a mí, varias malas pasadas.  Pero todo salió bien.  En la noche fuimos a cenar a The Fat Pig y probé Haddock fish. ¡Absolutamente delicioso!

Pero, si hubo algo divertido en el día, fue el Pub Quiz.  [Anuncio publicitario en 3, 2, 1...] ¿Estás cansado de tener parciales en salones de clase estrechos, con poca iluminación y muchos estudiantes estresados? ¿Consideras los quices y evaluaciones una tortura en lugar de un aspecto natural del proceso de aprendizaje? ¡No sufras más!  Solicita a tus profesores hacer los quices en Pubs, el mejor lugar para reír, probar deliciosa comida, estrechar los lazos entre compañeros y profesores y, por supuesto, responder preguntas (especialmente si son sobre cambio climático y el tipo de música favorita del director de tu programa).  ¿Qué estás esperando?

Sobra decir que fue realmente divertido, ¿verdad? :)

28 de junio de 2016

Diario de viaje - 4: Empapada hasta a los huesos e inmensamente feliz.

No creo que haya mucho que decir.  Estuvimos en Dartmoor, recorriendo un poco más de 7 km; tomamos muestras de plantas de hace 200 años aproximadamente y nos mojamos hasta los huesos.  ¿Qué más se puede pedir?  El viento era fuertísimo, hacía frío, pero todo fue absolutamente fantástico.  



El chocolate caliente con auténticos scones fue magnífico, perfecto para arrancarnos el frío, y ni hablar del almuerzo en uno de los hoteles más antiguos del área: deliciosísimo.




En resumen, un día maravilloso.

27 de junio de 2016

Diario de viaje - 3: Casi un hechizo: fresno, haya, arce y acebo

Primer día de clase y salida de campo.  Steve, británico; Angela, española.  Profesores igualmente brillantes y divertidos.  Fue realmente interesante el tema presentado, pero ciertamente el premio se lo lleva la salida a Stoke Woods.  No me imaginaba a mí misma midiendo felizmente biomasa en Inglaterra cuando vi que era parte del programa, pero así estuve: feliz identificando y midiendo arbolitos.  Totalmente yo.  En serio.  Una vez, en mi propio país, conté 125 árboles en el conjunto residencial en el que vivía.  Recuerdo que empecé a hacerlo sola y mis amigas, intrigadas, participaron un rato.  Eventualmente se aburrieron, pero yo proseguí.  Intenté ponerle nombre a cada árbol pero, obviamente, los olvidé.  Esta vez fue diferente.  Creo que todos, dícese Maddie, Ben, Carolina, Dana, Laura, Jennifer, Gustavo y yo, nos divertimos bastante.  Ahora se siente como un verdadero grupo, una feliz mezcla de nacionalidades.

Después de volver, me quedé dormida.  No me había dado cuenta de que estaba tan cansada debido a que la luz, que no se va sino hasta las 10 de la noche, me hacía creer que era temprano.  Logré descansar 30 minutos y después salimos a comer y, supuestamente, ver el partido: Inglaterra vs. Finlandia.  He de admitir que no sé cómo estuvo ni quién ganó.  En lugar de seguir el juego, pasé un gran rato hablando y comiendo: Paw-algo Marie Rose.  Camarones en una rica salsa acompañados de ensalada, papas a la francesa y una cerveza de cebada.  Oh, Dios, qué haré si me acostumbro a esta comida.

En fin, fue un día genial, pero para resumirlo diré lo que podría ser un hechizo: Ash, Beech, Sycamore and Holly :)







26 de junio de 2016

Diario de viaje - 2: cidraa *¬*

Tal vez haya montones de cosas por decir, pero lo único que anotaré es: después de probar Elderflower y Strongbow Darkfruit, ¡amo la cidra!


25 de junio de 2016

Diario de viaje - 1: Sol de 8 pm

Tal vez no haya mucho que decir.  Al asomarme por la ventanilla del avión me gustó lo que vi, montones de verde en medio de una gran ciudad.  No sentí pánico durante el vuelo, ni al bajar de él y hallarme entre un mar de gente desconocida y totalmente diferente a la que estoy acostumbrada a tratar.  Por el contrario, sentí calma y pensé "esto es lo mío", "debería estar más aquí".  Lo curioso es que no deja de asombrarme la serenidad de mis emociones.  Conozco a unas cuantas personas que saltarían y darían grititos de emoción al estar en mi posición, en este corto y grandioso viaje, pero lo único que hice fue respirar ese nuevo aire y sonreír, caminar con seguridad, mirar hacia adelante, en calma, sin nervios, en equilibrio.

El viaje en carro fue una delicia.  La carretera parecía eterna, muy bien organizada, limpia y en buen estado.  Un gris infinito que se extendía en el horizonte, rodeado de una hermosa vista.  En medio de todo esto, en el silencio propio de la conversación entre extraños, natural y para nada incómodo, me asaltó un pensamiento: si puede haber sol en medio de la noche, los sueños pueden cumplirse.


(Auto, camino a Exeter, 8:00 p.m.)

2 de mayo de 2016

El parque de las inmundicias

Ayer fui al parque de las inmundicias a dejar un pequeño objeto.  Lo envolví en una manta y salí corriendo, para que nadie me viera, como si estuviera huyendo.  Y no huyo, ténlo por seguro, tan solo quería evitar la pregunta sobre mi destino.  Y es que nadie dice en voz alta que se dirige a ese sitio, aunque casi todas las personas de esta ciudad hayan dejado allí más de una inmundicia.
Es un triste lugar, lleno de desperdicios.  Debajo del sobre del corrupto puedes ver las huellas del asesino, y al lado de los escombros y la mierda a la que a alguien enviaron, se alcanza a entrever más de un sueño roto.  Hay inmundicias grandes, inmundicias pequeñas, inmundicias olorosas y otras casi imperceptibles.  Alguien arrojó un pedazo de su tiempo, dándolo por perdido, y otro alguien renunció a sus recuerdos felices, embadurnándolos con mentiras.  Hay inmundicias dolorosas y otras que casi ni se sienten, hay inmundicias evidentes y otras que no lo parecen, vaya uno a saber cómo llegaron ahí.
Espero que algún día, ya  cansada de todo, pases por este parque maldito, que nadie menciona en voz alta, y mientras arrojas ésa, tu perfecta vida, veas la inmundicia que yo arrojé: el futuro que prometiste y que nunca fue.

13 de febrero de 2016

De música y palabras

Desearía poder arrancar mi corazón y dejarlo plasmado en el violín, hacer que cada nota fuera única y llegara a los rincones más recónditos de este universo.  Así, como una exhibicionista, podría mostrar al mundo lo que llevo dentro y librarme de mi caos por un rato.  Pero no puedo.  Las palabras han sido siempre mi maldición.  Igual que las notas que no puedo interpretar correctamente, las palabras se me escurren entre los dedos y se vuelven un charco sin alma a mis pies, un espacio de nada con apariencia de algo sin lo que, a diferencia de las notas, no podría vivir.  Son mi tormento, mi hermoso tormento.  Imperfectas pero siempre presentes.  Vacuas pero necesarias.  He sabido vivir sin las notas, más sin las palabras no sobreviviría.

Y, sin embargo, desearía saber tocar mi violín, desearía llorar y reír con él, entregarle mi corazón por completo.  Pero no he podido arrancármelo.  Lo máximo que he logrado es cortar trocitos de él y meterlos en un tarro, encender una lámpara incandescente y contemplarlos en el microscopio, esperar a que sean algo.  Pero los trocitos no laten, sólo sangran.  No cantan, ni ríen, ni saltan, ni sueñan, sólo adolecen.  Lloran recordando la parte de la que provienen, esa gran parte que es mucho más que las sombras y la desazón en la que viven, condenados, en el tarro bajo la luz y el microscopio.  Desean volver a esa gran parte que es risas y anhelos, recuerdos y despedidas, alegrías y sueños, tristezas y victorias.  Y yo deseo que lo hagan.


Esa gran parte que no he podido entregar es la que escucharía el violín, que hablaría sin palabras, alcanzando lo inefable.  Porque no hay algo más melancólico que escuchar a un violín llorar y nada más alegre que oír su aguda risa, porque la música alcanza lo que no pueden las palabras, esas palabras, benditas y desdichadas, que no me dejarán jamás.  «Hibike, hibike, hibike».  «Resuena, resuena, resuena».  Explota dentro de mí y aleja a mis elusivas e inocuas palabras, rellénalas, complétalas.  Que tus sonidos les insuflen alma.  Toca para mí y yo las tocaré a ellas.  Suena para mí y yo las transformaré en algo hermoso.


21 de enero de 2016

"Ella existe en la primavera"

Después de pesarlo un poco, es evidente.  Ella es verano, es imposible no sentir la cálida luz del sol con solo verla y notar la intensidad abrumadora del gran astro en su sonrisa; es alegría y esplendor, juventud e inocencia.  Por su parte, ella es otoño pero no en esos días de viento frío, sino en esos días calmos, llenos de sutileza: tiene algo melancólico, sí, la despedida del sol intenso, pero contra toda lógica tiene también algo hermoso; es un sol tímido, bajo en el horizonte, y no un sol de mediodía en el trópico pero sol es sol, a fin de cuentas, así lo acompañe el viento.  La tercera ella es verano nuevamente, sólo que un poco menos intenso que la primera, digamos que es una tarde-noche veraniega cuando ya refresca un poco.  ¿Y yo?  Yo soy invierno.  Ja.  Mentira.  Tal vez soy otoño también, un otoño que quiere ser invierno y primavera al tiempo, un otoño con contradicciones que se regocija en su melancolía y al mismo tiempo busca alcanzar un poco de sol, un otoño que anhela la primavera aunque (no)crea que existe.


“Ella existe en la primavera”.  Es lo más bonito que he escuchado en un tiempo.