Las presentaciones fueron mucho más informales de lo que había pensado. Lo que significa que me fue bien. A Angela, nuestra increíble profesora española, le gustó especialmente la segunda parte de mi presentación, enfocada en actitudes ecológicas :)
La estación de tren de Exeter es pequeña, pero suficiente para la cantidad de personas que se mueven en ella. Llegamos un poco temprano, por lo que tuvimos que esperar más de una hora nuestro tren. Lo que estuvo bien, pues nos permitió descansar después de los nervios del día (o los míos, al menos). La vista por la ventanilla fue hermosa. Los mismos inmensos campos verdes que vi el primer día, más casas y personas. Claro que, como cabe esperar, fue cambiando y cambiando, hasta que hubo más edificios grises y aceras que verdor, sin que eso signifique que dejara de existir. Me maravilla la combinación entre campo y ciudad que con tanta facilidad se observa por acá. El viaje fue largo pero realmente comfortable, por lo que casi no se sintió. Definitivamente, el tren es una de las mejores formas de viajar (incluso en clase económica :P).
Londres. El metro, alias The Tube, puede ser confuso, pero solo porque eres nuevo. Todo está muy bien organizado y tiene señalizaciones por doquier sobre las rutas y el lado correcto por el que debes caminar. Lo primero que veo al salir de la estación es un restaurante japonés (Wasabi), lo que es un excelente indicador de la multiculturalidad de Londres. Impresionante. no puedes caminar 2 mts sin encontrar un extranjero (usualmente un gran grupo de ellos).
De comida tuvimos pizza, vino y unos cuantos malos chistes en inglés del más gracioso marroquí dueño de un restaurante que he conocido jamás. Maravillosa primera noche.
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