Octubre 5, 2011
Desperté como cuando se despierta todas las mañanas, con la cabeza vacía, sin ningún pensamiento, ni siquiera un sueño. Me levanté como me levanto todas las mañanas: a la cuenta de tres, cobijas afuera, sino no me levanto.
Como todos los días, antes de pararme observé el techo en busca de abstractismos que me alegraran la mañana, y para sorpresa mía, encontré en lugar de ellos, una compleja telaraña.
Se dice que las arañas son un buen augurio. Si te encuentras con una, tendrás buena fortuna. No sé, tal vez las arañas se dieron cuenta de mis deseos interesados de verlas y decidieron no presentárseme, pero sí me dejaron una evidencia de su presencia allí. Sea como fuere, me quedé esperando mi buena fortuna...
No hay comentarios:
Publicar un comentario