Muchas cosas en mi vida han hecho que me aleje de la gente. Me han hecho encerrarme en mí misma y volverme egoísta, de cierto modo. Me considero un ser altruista, pero cuando no hay nadie a quién salvar ¿qué podría hacer? Hay cosas que la gente dice que pueden resultar hirientes... que te digan insensible, frívola... no es muy agradable, y mucho menos motivante. Pero tienes que aprender a distinguir a la gente.
Cuando me encontraba sola llegaron a mi vida personas que la hicieron agradable, que me hicieron recuperar mi sentimiento altruista y me llenaron, incluso, de sentimientos maternales... Quisiera poder ayudarte un poco más, quisiera dar todo por ti, pero hay veces en las que pienso que lo mejor es dejarte respirar un poco por tu cuenta. Sabes que por ti daría mi vida si fuera necesario, ¿cierto? ¡LO HARÍA!
¿Por qué? Sencillamente porque llegaste a mi vida y la transformaste, me transformaste a mi, me diste motivos para seguir luchando, y éso es el mejor regalo que alguien puede darte, además de su leal amor y sincera amistad. Me hiciste pensar de otra forma...
No sabes cuántas veces pensé en que ésa sería la única solución a todo... pero cuando llegaste, decidí que podía-y debía- ver el lado positivo de las cosas, sólo para que tú pudieras verlo también. Sin tu consentimiento decidí ser tu guía, y ¿sabes qué? No me arrepiento. Te quiero, mi niña, y mi "querer" significa más que un querer normal. Yo no hablo a la ligera, nunca lo he hecho. Yo te dejé entrar, y ahora que estás ahí, nunca saldrás. Es una promesa, y yo cumplo mis promesas.
No dejes que las situaciones te agobien, no te dejes caer en las trampas del destino, aunque si lo haces, ten la certeza de que yo estaré ahí para regañarte, levantarte, ponerte una curita en tus heridas y darte un fuerte abrazo.
Te quiero. Siempre lo haré, mi pequeña hermanita...
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