Cuando una mujer te diga que está loca, o es muy complicada, hazle caso. No se trata de un comentario casual, es una advertencia. En mi caso, desearía que no fuera necesario advertir sino que con solo una mirada algo en su interior les dijera, denotando un mecanismo de auto-preservación en perfecto estado, "no, mejor no".
Me pregunto si cuando llegue a querer a alguien, si es que se da el caso, esa persona se sentirá, me mirará y actuará de la misma forma en que yo lo hago con los demás: sin sentir absolutamente nada, y si en ese momento se restaurará el equilibrio del mundo. Porque ciertamente hay un desequilibrio, ¿no?, en el hecho de que alguien te quiera -lo que sea que signifique eso- y tú sólo seas capaz de decir "lo siento", sin siquiera sentirlo en realidad.
Pero, después de todo, no creo que sea mi culpa. Una vez una persona me dijo "uno no elige querer a alguien, eso solo pasa", y yo le creo. El problema está en que le pase solo a uno cuando debería sucederle a dos. El problema es que esté yo involucrada; yo, que en conversaciones corrientes dejo caer el comentario casual pero intencionado de "creo que estoy loca" y "soy muy complicada", pero que, no obstante, parecen ignorar.
El problema soy yo, al fin y al cabo, que sigo perdida en el laberinto de siempre, preguntándome si hay salida, si fui yo quien se metió ahí un día o si siempre estuve pero no lo había notado. De todas formas, no importa. Traje el asunto a colación porque es una vieja maleta de equipaje con la que no sabes qué hacer, que no molesta hasta que alguien te pregunta por ella, pero que después de contestar, vuelves a dejar en su lugar, sin que haya cambiado nada, no para ti.
Y eso es lo que pasó, alguien preguntó, yo respondí. Pero todo sigue igual. Nada de qué preocuparse.
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