Tal vez eso era lo que me faltaba: ver terminado lo que una vez empezó. Ahora están terminando lo que hace años quedó a medio construir, a medio destruir. Y, contrario a lo que supuse, se siente bien.
Pensé, como persona drástica que soy, que tenía que empezar de nuevo en otra parte, quemar todo y abandonar los escombros. Pero no. Tal vez lo que necesitaba era precisamente esto, concluir y reordenar, poner baldozas en el piso desnudo y pintura nueva sobre la vieja. Tal vez no hay que ser tan dramática y en cambio entender que un cambio drástico no siempre requiere reducir todo a cenizas, tal vez...
Ahora se siente bien, después... también :)
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