Me gustaría tomarte en mis brazos y salir corriendo. O tomar tu mano y decirte "ven conmigo" Pero no puedo y lo sabes. No. Ya sé lo que quiero. Quiero tomar tu cabeza y estrellarla contra una pared. Golpear tu rostro hasta hacerte sangrar... para ver si sientes dolor. Para que te des cuenta de lo que significa estar vivo... estar despierto...
Me pregunto que pasará en un futuro. Cuando despiertes y tu piel esté curtida de arrugas, te mires al espejo y te odies más a ti misma... ¿Despertarás al fin? ¿Será, tal vez, demasiado tarde?
No soy superman pero no hay duda de que me encantaría serlo. No puedo.
¿Y si ya nunca despertaras? ¿Qué se sentiría que tú...? Cuando pienso en ello no me acongojo, tan solo... ¿siento alivio? No. No creo que el alivio brinde tanta preocupación, pero ¿no sería esa la solución que estás buscando? ¿el camino que estás escogiendo en este momento?
Hay una imágen dentro de mi mente: Yo, muda, viéndote; o más bien, viendo lo que quedó de ti en aquella caja de madera con una ventana de vidrio. Con tristeza en la mirada pero sin dolor en el corazón ¿o si? Creo más bien, que es un dolor que no puede ser expresado de forma distinta a esa... haciendo nada. No quiero verte así. Pero mi mente sigue pensando en la posibilidad y algo dentro de mi me dice que no debo preocuparme porque sé que al final de todo lo único que pasará es que será un poco más frío.
Lo siento. Sólo tú puedes salvarte, aunque no quieras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario