23 de julio de 2010

“Tu tu turu rururu tu tu ru”

Me disculpo por mi “episodio” anterior. No estaba en mis cabales en ese justo momento. Cuando te acabas de caer, te parece que te has hecho un gran gran daño. La herida sangra y duele mucho. Pero cuando el tiempo –los segundos, minutos, horas –ha pasado y tu cerebro empieza a funcionar nuevamente puedes darte cuenta de la verdadera profundidad de la herida, de si es algo en lo que merece la pena reparar, o si se trata de algo "irrelevante".

No fue algo sin importancia. De eso estoy segura, pero viendo ahora las cosas, viendo el resultado -aparentemente bueno -que dejó esa pequeña "charla" -si es que a una conversación en la cual tienes que, todo el tiempo, tratar de controlar las lágrimas y la modulación de la voz, se le puede llamar así -ya no me siento tan mal. Fue un poco triste en su momento, pero gracias a unas cuantas verdades -anotación: "la verdad duele" -ya estoy mucho mejor, estamos mucho mejor. Así que ahora que la "tormenta" ha pasado... ¡Qué vergüenza!


"...Si es que a eso se le puede llamar 'hablar' "

Lentamente, dolorosamente, incluso –en un modo morboso y masoquista –placenteramente, siento cómo se hunden cada una de tus agujas en mi pecho. Me pregunto ¿acaso tengo en la frente un letrero que dice “golpéame”? ¿Soy, acaso una pelota de fútbol, que fue creada para ser pateada, golpeada, herida…? Creo que no. “¿Qué, soy ahora el Mago de Oz? ¿Qué necesitas, un corazón? ¡Sabía que iba a pasar esto, lo sabía! Lo vi venir y aún así…
Fracasé. Si en todo este tiempo no pudiste darte cuenta de lo importante que eres, nada de lo que hice tuvo sentido. Si en estos momentos te atreves a decir que puedo reemplazarte, que “todavía quedan otras dos”, nada de lo que hice funcionó. Fracasé.
Eso es, así, ¡lánzame otra! ¡Quítame el aire, obstruye mi garganta! Creo que ahora el estorbo soy yo. Si fallé en algo tan “simple” cómo esto ya no te sirvo en absoluto. Soy una inútil para ti. Y a pesar de todo lo que digas, a pesar de todo lo que puedas llegar a pensar, soy una inútil que te quiere y desea lo mejor para ti. Que se queme todo, que se queme.



21 de julio de 2010

Cosas que pasan, que no quiero que pasen

Es frustrante. Tantas cosas han pasado en este tiempo. Tantas cosas han cambiado y ni siquiera me he dado cuenta. Me gustaría haber previsto esto –Pero si ya lo habías visto –sí, pero desearía haber sabido –Ya lo sabías ¿o lo niegas? –No, pero… *suspiro*…ya lo sabía – ¿Entonces? –pues, no sé. Pienso que tal vez las cosas podrían ser diferentes si hubiera hecho antes algo – ¿Como qué? Hiciste todo lo que pudiste, además hay cosas que van más allá de ti, que se encuentran fuera de tu alcance –Ya lo sé, pero tal vez esto no estuviera pasando si yo –Esto, esto ¿qué es esto? ¿Qué cosa tan terrible está pasando como para que te atormentes así? –este distanciamiento de las personas que quiero. Cada vez estamos más lejos –Sí pero esto es algo natural, inevitable, ya sabías que iba a pasar –sí, pero no tan pronto, no tan rápido, no ya, no ahora, no así –¿Qué esperabas? ¿Que sería lento e iría a tu paso? Esto es algo que ya se te viene encima ¿tienes cinco años, acaso? –No – ¿qué no lo ves? No puedes luchar contra el tiempo. Tu deseo de prevalecer, de durar… es estúpido e inútil, además de infantil. –Pero – ¡Pero nada! El tiempo pasa. Las cosas cambian. Punto. No hay más que hacer. –Sabes que siempre me ha costado adaptarme a los cambios –Sí, siempre has sido tonta –gracias –Por nada… *…* ¿Calmada ya? –Achantada, más bien –Lo siento, sabes que tu dolor es mi dolor, pero a veces te hablo fuerte porque quiero que comprendas –lo sé. Te lo agradezco –No estés triste, son cosas que pasan –sí. – ¿Pero…? – es difícil para mí alejarme de las personas que quiero, pero es aún peor soportar que me abandonen de nuevo, después de todo. – ¿Abandono? ¿Estás segura de que es eso lo que está pasando? –sí. No soy quien quiere alejarse, pero al parecer llego en momentos “inoportunos” y hago que pare la conversación de manera abrupta… es como si la confianza que había obtenido antes ya no estuviera, como si nos estuviéramos cerrando de nuevo. –Hmmm, ya veo. –Sí… ¿no vas a decirme nada? –Mira, sé que duele y sé que es difícil soportarlo de nuevo, pero no todo está perdido, ¿no? No con todos los tuyos se está “cerrando” el ciclo. ¿Por qué amargarte por una sola persona? –Porque yo quiero a ésa una. Y en mi diccionario no existe la palabra “abandono”, no por mi parte. –Dale tiempo al tiempo, pero no mucho. Creo que es lo único que puedes hacer por ahora. Céntrate en los que son verdaderamente tuyos y no te agobies por esa una. Sé que es difícil, pero no imposible – “…don’t try to fix me, I’m not broken” –¡Y deja de escuchar música que te hunde más! –¿qué? –Nada, olvídalo –“ …hello I’m the lie living so you can hide. Don’t cry”

20 de julio de 2010

Pequeña Reflexión

En verdad que no lo entiendo -esta entrada iba a ser diferente, pero se dieron las circunstancias- ¿cómo puede la gente infravalorarse tanto? No entiendo qué hace falta para ver nuestro verdadero ser, para darnos cuenta de lo que realmente somos, o para llegar a apreciarlo un poco. Deberíamos de una vez por todas reconciliarnos con el espejo, aceptar el reflejo que vemos allí, y más que aceptarlo, aprender a quererlo. Basta de espejismos y de malas concepciones propias, si apartaras la neblina de tu vista y te liberaras de la autocrítica dañina y de tus propios prejuicios podrías darte cuenta de lo que realmente se encuentra frente al espejo, tú mismo.
¿Por qué el ser humano no ve lo maravilloso de su ser? Codicia, ambición, ceguera... ¿por qué siempre querer más de lo que ya tenemos, de lo que ya somos? ¿por qué no contentarnos con nosotros mismos? No hablo de conformismo, ni mucho menos, hablo de autoaceptación, de amor propio. No soy quien para decir estas palabras, pues yo también me subestimo, como muchas otras personas, pero sería bueno valorarnos un poco, sólo de vez en cuándo, si no se puede siempre.
Uno mismo no se alcanza a dar cuenta de lo valioso que es, pero las otras personas, al mirar desde afuera, si alcanzan a notar nuestras virtudes, nuestras habilidades, nuestros talentos, todos nuestros aspectos positivos. Desearía que te pudieras ver de la misma forma en que yo te veo... es todo lo que digo.

15 de julio de 2010

Ideas que vienen y van

Si bien es cierto que no sobreviviría sin el raciocinio, no hay que dejar de lado los sentimientos, eso lo tengo bastante claro, ahora, después de todo. Pero no puedo creer que existan personas que tachen como debilidad a su sentimentalismo o sensibilidad, a sus emociones, no puedo creer que digan esas cosas. Me parece absurdo, irónico, tonto, frustrante... ¡me provoca agarrarlas por los hombros y zarandearlas! Que digan cosas como "si no fuera tan tonta, bueno tan sensible... si fuera más como tú" ¿¡Tonta, tonta?! Por Dios santo, ¡lo verdaderamente tonto es pensar que eso es una debilidad, lo verdaderamente tonto es desear ser alguien como yo! En verdad no saben cómo se equivocan... *suspiro* Definitivamente... "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde", las personas no valoran lo que poseen, por el contrario, lo desprecian, lo rechazan, lo maltratan... lo quieren fuera de sí.

Obviamente no voy a decir -en voz alta- lo que pienso respecto a tus palabras ignorantes, estaría fuera de lugar... pero si quieres que se sea sincera, si realmente quieres que diga lo que tengo en mente mientras hablas sandeces lo admitiré. No sabes cuánto te envidio. Poder experimentar esas cosas, poder sentir todo lo que sientes, ¿¡y te atreves a llamarlo tontería?! Definitivamente estas fuera de tus casillas, hay algo que no funciona en ti. No sabes cuánto deseraría poder sentir algo como lo que tu sientes en este momento, poder sentir... pero simplemente no puedo... no encuentro ahora un lugar para albergar eso. Me pregunto si algún día hubo tal lugar. Creo conocer la respuesta.

Cuando examino mis memorias me doy cuenta de que desde un principio faltaba algo, ése lugar especial al que los sentimientos llaman hogar. No es que nunca haya sentido nada, por supuesto que no, pero desde el comienzo ha habido una pieza que no encaja en el puzzle. Puede que mi corazón sea demasiado pequeño y por esto no de abasto, por esto no alcance... Pero puede también que simplemente sea yo -en mi fuero interno, en mi subconsciente- quien se niega a sentir algo, a dejar salir un torrente de emociones que se encuentran encerradas en lo más recóndito de mi ser. ¿Sabes? Le doy un 50% de factibilidad a ambas.

Me pregunto ¿Qué es lo que no encaja en el puzzle? ¿Qué es lo que desde un principio hacía falta? No lo sé, o tal vez, me niego a saberlo. Negación. Maldita negación, no sabes cómo me atormentas. No creo que haya nacido con un corazón pequeño, a decir verdad. Es cierto que desde pequeña he sido así -seria, seca, "una niña con ojos viejos" como suelo pensar cuando miro las pocas fotos de mi infancia- pero me inclino a pensar que fueron las circunstancias las que empeoraron mi situación, estoy segura que antes no era tan... así. Pienso que se debe, como siempre, a un conjunto de factores. Personalidad + sucesos que marcaron -y atormentan- mi vida = ¿corazón pequeño? Bueno, tú entiendes a lo que me refiero. ¿O no?

En fin, la cuestión aquí es que deberíamos ser más agradecidos con lo que poseemos y valorarlo un poco más. Mientras trato de hacer que la ecuación cuadre pido que los que me rodean no digan tales estupideces, por lo menos en frente mío.
Entonces, ¿cómo era? Personalidad + sucesos = corazón pequeño, pero si le sumamos las alegrías actuales = corazón mediano, y si dividimos entre...




4 de julio de 2010

Just... nothing

Hace rato que no me pasaba por acá. No porque no quisiera, simplemente no se daba el momento. Además creo que no hay nada que decir, creo. Es frustrante, el quedarme sin palabras, aunque lamentablemente ya se me está volviendo una costumbre.

Últimamente no encuentro que decir, no sólo acá, sino también con las personas que quiero. Mis conversaciones se llenan de espacios de silencio, de pensamientos de los cuales ni siquiera soy consciente y por lo tanto son olvidados fácilmente. No me gusta.


Me desespera no ser dueña de mí, de mi mente. A veces siento que no soy yo la que respira, la que se sienta a su lado y les habla, a la que ustedes le hablan... no soy yo.

- ¿Quién es, entonces?

- No sé

- Hmmm, entiendo. ¿Quién crees que es?

- No lo sé. Alguien que era y ya no es. Alguien que había dejado de existir y revivió. No lo sé.

- Solo un pequeño consejo, querida

- Dime

- No entres

- Entrar ¿a dónde?

- Esa puerta por la que quieres atravesar, en la cual tu conciencia naufraga y tus sentidos se adormecen

- Te refieres a...

-Sí a la a -¡Shhh! ¡Ni lo menciones!

- ¿Por qué?

- Porque... no sé. Simplemente no la menciones.

- No hagas eso. No la conviertas en tabú. Esas lágrimas bobas fueron cosa de ése día, nada más.

- ¿Enserio?

- Si.

- Por cierto, no entiendo porqué dices "...por la que quieres atravesar" En ningún momento he dicho que quiero eso

- Pero parece que quisieras

- ¿Por qué lo dices?

- Escúchate "A veces siento que no soy yo la que respira, la que se sienta a su lado y les habla, a la que ustedes le hablan... no soy yo." Ésas no fueron mis palabras

- Si, yo sé que suena mal, pero no lo estoy. Son sólo pensamientos, cavilaciones sin importancia

- Ajá, y yo nací ayer

- ¿No?

- *suspiro* Solo te digo que tengas cuidado. Los pensamientos pueden ser peligrosos en algunas ocasiones. Recuerda que todo empezó con un pensamiento... sabes a lo que me refiero

- Sí
"Los viejos dolores del pasado, incluso tan tontos como éstos, pueden realmente limitarte en la actualidad. Déjalos salir y disfruta del proceso. "

- Jajaja... escúcha a tu horóscopo, a veces dice cosas sabias

- Jajaja, sí, ya me di cuenta

- Bueno... continúa lo que empezaste. Prometo no volver a interrumpir... hoy

¿Han sentido alguna vez algo parecido? Como si lo que vivieras no fueran tus propias acciones sino las de alguien más. Como si alguien estuviera leyendo un libro en el cual tú fueras el o la protagonista pero no el escritor... como si tu vida fuera la imágen mental del lector, la cual se desarrolla con cada capítulo que avanza.
No me gusta esa sensación. La detesto. Pero solo hay una cosa que puedo hacer por el momento... esperar a que pase.